Antes no nevaba en Buenos Aires, ni había mosquitos en invierno. Lo primero tiene su gracia, pero que éstos viles chupasangres no nos den unos meses de respiro me resulta ofensivo.Así, sin ninguna culpa, convoco a su exterminio y declaro que la mejor técnica para combatirlos es aplastarlos con la mano. Se que no suena convincente, pero por favor, déjense inundar por el siguiente razonamiento:
¿Qué cantidad de mosquitos aplastamos con la mano?
Pocos, poquísimos... un mosquito tiene pocas posibilidades de morir de ese modo, dirán.
- Justo a mi me va pasar!!- piensa entonces uno de mil billones de mosquitos...
El insecto se relaja, se confía y ...zás.
5 comments:
Para mí, el placer que me da aplastar a un mosquito y llenarme las manos de sangre es algo inexplicable.
Siento como si hubiera vengado a la víctima de un ruín, despreciable y cobarde atentado. Una indefensa persona que estará rascándose la zona afectada durante el resto del día.
Aunque quizás, ese mosquito sabía su destino, y decidió inmolarse entre mis manos en nombre del Dios Mosquito. Y quizás eso es lo que les enseñan a ciertos mosquitos fundamentalistas, en las Mozquitas.
En realidad los humanos vivimos dentro de un gran "mosquito", somos como un tumor que intenta contaminar su organismo, entendamos su organismo como Gaia, la naturaleza bah, que atacamos con nuestra humanidad tecnológica.
Bien, estos insectos son los anticuerpos que nos combaten.
Ohmmmm
Pese a todo, respeto el hábito vampirezco del mosquito, al menos el tipo cumple una función clara. Lo que no termino de comprender es qué función cumple la mosca. No sólo me refiero al insecto, sino también a la banda.
mosquito o mosco era mi ápodo de la adolescencia, derivado de supermosc, por mi insistencia en usar una remera de superman.
Así se me conoce aún hoy en algunos ámbitos.
linda foto...che, moscardones, no hagan que me amosque...publiquen mi post...aunque sea en la categoría bloggista invitado...mi ego se va a la B mal y no quisiera hacerlos corresponsables...
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